Handball femenino en crecimiento: el compromiso del Club Gimnasia de Montecarlo
Entrevista | Juan González, entrenador de las categorías femeninas
En diálogo con Pepe Levy en Audiodinámica de Radio El Pueblo, Juan González, joven entrenador del Club Gimnasia de Montecarlo, compartió su experiencia al frente de los equipos femeninos de handball en categorías menores, cadetes y juveniles. Con 28 años y habiendo sido jugador desde los 8, hoy combina su pasión por el deporte con la formación de nuevas generaciones.
De jugador a entrenador
González contó que hasta el año pasado jugaba activamente, pero que en marzo recibió la propuesta de dirigir a los equipos femeninos del club.
“Lo pensé poco y enseguida acepté. El handball es mi vida y ser entrenador me permite devolverle al club lo que me dio desde chico”, expresó.
El cambio de rol no fue sencillo.
“Como jugador disfrutás más, porque solo tenés que seguir la táctica. Ser técnico implica otra responsabilidad: armar partidos, analizar rivales, organizar el grupo. Tenés que estar en todo”, explicó.
Trabajo en equipo y disciplina
Actualmente, González conduce tres categorías: menores (12-14 años), cadetes (14-16) y juveniles (16-18). Los entrenamientos se realizan martes y jueves, pero para torneos regionales suman prácticas los sábados e incluso doble turno, con análisis de videos propios y de los rivales.
“En lo que es entrenamientos, estamos trabajando con los análisis de video propios de las chicas para corregir cosas, tanto en defensa como en ataque, para que ellas mismas se vean qué es lo que están haciendo bien y qué es lo que están haciendo mal. Básicamente lo que yo les digo es que se den cuenta de que no todo lo hacen mal, sino que también se fijen en las cosas buenas que hacen en los partidos y en cada entrenamiento”, remarcó.
Además, destacó la importancia de la disciplina fuera de la cancha: en torneos los teléfonos se retiran para fomentar la concentración y la convivencia grupal.
“Queremos que hablen entre ellas, que compartan, que jueguen, que tomen tereré. Eso también fortalece al equipo”, señaló.
El rol de las familias
El entrenador subrayó que el acompañamiento de los padres es clave:
“Sin su apoyo, este torneo no hubiera sido posible. No solo en lo económico, sino en la presencia y la confianza que nos dan. Tenemos la suerte de contar con familias que están siempre”.
Una pasión que trasciende fronteras
Más allá de los entrenamientos y competencias locales, González trabaja junto al profesor Andy Barrios en selecciones misioneras, y se apoya en colegas y amigos con quienes comparte el desafío de dirigir.
“El handball es pasión y también es aprendizaje constante. Hoy disfruto de estar en este lugar, rodeado de gente que empuja para adelante”.
De cara a lo que viene, el equipo se prepara para nuevas fechas de la Federación Misionera y sueña con alcanzar un torneo nacional en 2025.
“La disciplina de las chicas es admirable. Terminamos un viaje largo y al día siguiente ya estaban entrenando otra vez. Eso me da la certeza de que podemos lograr grandes cosas”, afirmó.
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