Ramón Amarilla: “El miedo fue la herramienta para callar a los que reclaman un salario digno”
Entrevista | Diputado electo Ramón Amarilla
En diálogo con Pepe Levy por Audiodinámica, el diputado provincial electo Ramón Amarilla reflexionó sobre su reciente incorporación a la Cámara de Representantes de Misiones, tras haber permanecido detenido más de ocho meses en el marco del conflicto policial de 2024. En una entrevista extensa y profunda, Amarilla repasó su situación judicial, las condiciones laborales de los trabajadores de la provincia y sus perspectivas frente al escenario político misionero.
“El gobierno metió miedo. Nos metieron presos para dar un ejemplo. Para decirle a los trabajadores: miren lo que hacemos con los líderes, imagínense lo que podemos hacer con ustedes”, expresó.
Amarilla, quien fue reincorporado a la fuerza policial poco antes de ser notificado de su retiro definitivo, explicó que su detención fue una forma de disciplinamiento hacia quienes reclaman mejoras salariales.
“Yo no soy un delincuente. A mí me metieron preso por pelear por los derechos del personal policial, penitenciario y los derechos humanos”, afirmó.
Durante la charla, señaló que su llegada a la Cámara no fue una ambición personal, sino una consecuencia del respaldo popular tras su persecución.
“La gente confió en mí. Yo no buscaba ser diputado, pero entendieron que había que ponerle voz a lo que muchos no pueden decir”, sostuvo.
Situación judicial y laboral
Consultado sobre la causa que derivó en su detención, explicó que todo “quedó en stand-by” y que continúa reclamando por sus colegas que permanecen sin trabajo.
“Muchos siguen de baja o en disponibilidad, sin sueldo ni obra social. Gente que trabajó más de 30 años quedó sin sustento. Eso es inhumano”, lamentó.
Amarilla también cuestionó las condiciones actuales del personal de seguridad:
“Un agente de policía cobra 950 mil pesos, cuando la canasta básica está en un millón y medio. Es imposible sostener una familia. Muchos terminan con problemas psicológicos o incluso suicidándose. No hay acompañamiento institucional.”
Política y compromiso
En relación a su futura labor legislativa, el diputado electo dejó en claro que no acompañará a la Renovación en su estructura de poder:
“Que se saquen de la cabeza que voy a transar con la Renovación. Yo no soy enemigo de nadie, pero no me voy a vender. Si una ley beneficia a los trabajadores, a los comerciantes, al pueblo misionero, por supuesto que la voy a acompañar. Pero si es para mantener privilegios, no.”
También apuntó contra las prácticas políticas que, según él, perpetúan la falta de transparencia:
“Pregunté cuánta gente trabaja en la Cámara y me dijeron que era confidencial. Eso no puede ser. Tiene que ser información pública. El pueblo tiene derecho a saber cómo se usan sus recursos.”
Aduana paralela, pobreza y abandono del interior
Otro de los ejes de la entrevista fue el impacto económico y social de lo que calificó como “una aduana paralela” dentro de la provincia:
“Los empresarios no quieren vender a Misiones porque les cobran un 3 o 4% al ingresar productos. Eso encarece todo y destruye el comercio local. Es inconstitucional, la Constitución dice que no puede haber aduanas internas.”
Además, se refirió a la crisis que atraviesan los productores del interior —tabacaleros, yerbateros y tareferos— y al cierre de comercios en toda la provincia.
“Hace meses que muchos productores no cobran. No hay voluntad política para resolver. Si en 25 años de gobierno no pudieron generar fábricas ni industrias, algo no está funcionando”, sentenció.
“No me considero enemigo de nadie”
Amarilla aseguró que buscará construir puentes dentro de la Cámara, incluso con sectores opositores.
“Como decía Mandela, si querés resolver un conflicto, tenés que sentarte con tu enemigo. Yo no me considero enemigo de nadie, pero hay que dejar de lado los intereses personales y pensar en los misioneros.”
“La cárcel me cambió, pero no me quebró”
Hacia el final, el diputado electo habló con crudeza sobre su paso por prisión:
“Yo no le deseo la cárcel a nadie. Estuve en un cuarto de tres por dos, mirando el paisaje detrás de una reja. Me alejaron de mi familia, me dejaron sin nada. Hasta perseguían a la gente que me iba a visitar. Pero salí con más fuerza. No me quebraron.”
Con una mirada crítica y desafiante, Ramón Amarilla anticipa que su paso por la Legislatura no será silencioso: “Voy a estar ahí para representar a los que no tienen voz, para que el miedo no siga siendo la forma de gobernar en Misiones.”
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