Educación técnica y futuro: la EPET 11 impulsa innovación y trabajo en equipo
Entrevista | José María González, regente técnico de la EPET N.º 11 de Montecarlo
En diálogo con Audiodinámica de Radio El Pueblo, José María González —profesor desde hace dos décadas y actual regente técnico de la EPET nº11— compartió los avances y desafíos de la escuela técnica local, que continúa creciendo en infraestructura, equipamiento y formación profesional para sus estudiantes y docentes.
Una escuela en constante evolución
González recordó que la EPET nº11 no solo forma técnicos, sino personas capaces de integrarse al mundo laboral actual con herramientas reales.
“El año pasado obtuvimos una computadora de alto rendimiento, la primera de varias que pedimos. Con fondos propios y rifas, los chicos y docentes seguimos equipando las salas de informática; ya vamos por la tercera”, explicó.
La escuela también logró la licencia oficial del software Autodesk, utilizado en empresas de arquitectura e ingeniería de todo el mundo.
“Son programas muy costosos, pero gracias a gestiones y al esfuerzo del equipo docente hoy los tenemos disponibles para los alumnos”, destacó.
Capacitación constante y tecnología BIM
Uno de los principales objetivos de la EPET nº11 es mantenerse a la vanguardia tecnológica. A partir de una capacitación provincial, el plantel docente comenzó a implementar la tecnología BIM (Building Information Modeling), una herramienta que permite trabajar proyectos constructivos en tiempo real y de manera colaborativa.
“Con BIM los alumnos pueden crear una plataforma donde cada integrante del equipo sube y comparte información del proyecto: materiales, dimensiones, avances. Todo en simultáneo. Es la forma en que hoy trabajan las empresas”, explicó González.
Esta actualización tecnológica exige equipos potentes, pero también capacitación docente permanente.
“El perfil del docente técnico siempre debe estar vinculado al ejercicio profesional. Lo que aprendemos afuera lo llevamos al aula. Es un ida y vuelta constante”, sostuvo.
De la escuela al mundo laboral
La inserción laboral de los egresados es uno de los mayores orgullos de la institución.
“Hoy nuestros alumnos pueden salir de la EPET y al día siguiente trabajar en una empresa. De hecho, en Montecarlo hay consultoras grandes donde el 80% del personal son exalumnos nuestros, trabajando para proyectos internacionales”, comentó.
Las prácticas profesionalizantes se realizan con proyectos reales en los barrios de la ciudad, donde los estudiantes aplican lo aprendido mediante encuestas, relevamientos y propuestas de mejora comunitaria.
Educación, compromiso y familia
Con 63 docentes involucrados, la EPET nº11 busca fomentar el trabajo en equipo y la articulación entre materias.
“Una profesora de geografía está desarrollando una ciudad sustentable y ya se sumó la profe de maquetería. Todos articulan, desde primero a séptimo año”, detalló González.
La escuela también incorporó este año un gabinete interdisciplinario encabezado por el psicopedagogo Milton Fernández, para acompañar el bienestar emocional y social de los alumnos.
“Trabajamos con adolescentes y necesitábamos este espacio. Milton se acerca a los domicilios, conversa con las familias y nos guía para intervenir mejor. Los resultados se notan enseguida”, afirmó.
Una comunidad educativa en crecimiento
El compromiso docente se refleja también en la vida cotidiana: los alumnos pasan más de ocho horas diarias en el establecimiento, combinando clases teóricas y talleres prácticos.
“Somos una familia. Pasamos más tiempo en la escuela que en nuestras casas, y se forma un vínculo muy fuerte entre docentes y estudiantes”, expresó el regente.
Entre los próximos proyectos, la EPET planea incorporar drones para realizar relevamientos topográficos y entrenar a los alumnos en técnicas de mapeo digital.
“Nos estamos capacitando para eso. El año que viene queremos que los chicos empiecen a trabajar con vuelos programados. Siempre hay que ir un paso adelante”, adelantó González.
Formar personas, no solo técnicos
Más allá de los avances tecnológicos, González subrayó que el principal objetivo sigue siendo humano y educativo.
“La idea es que el chico esté bien, que se forme como persona, que aprenda a trabajar y a convivir. Todo lo técnico y lo emocional deben ir de la mano”, concluyó.
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